

Los documentos que aporta el autor anulan la acusación interesada de que Fernando VII hubiera sido masón, poniendo de relieve el viraje del rey cuando llegan a su conocimiento las Máximas de la Masonería de 1823 y 1824. Aun desterrados sus agentes, luego fueron perdonados y regresaron a España. Inmediatamente consumaron su puesta en práctica; e impuesta la Regente, la Masonería asumió el Pode...