EL REALISMO DEL PRINCIPIO DE FINALIDAD

El Padre Réginald Garrigou-Lagrange o.p. (1877-1964), insigne teólogo francés, fue uno de los principales exponentes del neotomismo del siglo XX y un enemigo tenaz de la nouvelle théologie, avatar del modernismo, la misma que habría de triunfar en el Concilio Vaticano II cuando el gran dominico ya había entregado su alma a Dios. Profesor del Angelicum de Roma de 1909 a 1959 y colaborador asiduo de las congregaciones romanas, principalmente del Santo Oficio, su obra es considerable. Este libro expone la importancia del principio de finalidad en el marco de la síntesis tomista, como explica el autor en el prólogo de su libro :

« Estas páginas persiguen demostrar que el principio de la finalidad nos lleva a Dios con tanta fuerza como el de la causalidad eficiente. Están unidos íntimamente: no hay efecto sin fin. De donde se sigue, como veremos, que, en todos los terrenos, el orden de los agentes o su subordinación corresponde al orden de los fines. Toda coordinación supone subordinación, y sería grave error confundirlas. »