

Ante la revolución de 1868, Aparisi descubrió en el arca santa del carlismo el único refugio de salvación frente al diluvio que se avecinaba. Comprendió en fin quién era el gran enemigo de la libertad: el liberalismo no podía dar ni verdad ni libertad; era mentira. Como Donoso, vió que cualquier nación presa de un régimen liberal está fatalmente condenado a la dictadura o la anarquía. Acaso l...