EL PODER TEMPORAL DE LOS PAPAS justificado por la Historia.
En nombre de la historia, como en el de la razón, pidióse la destitución temporal del papa. Errores de hecho, de derecho y de apreciación, formaron solemnemente el proceso de 259 papas. La abolición de un orden de cosas establecido hace siglos habría sido la reparación al fin conocida de un error de quince siglos, y el retorno, por mucho tiempo esperado, del bien, de la justicia, y de las virtudes todas de la primitiva Iglesia. El golpe se ha dispuesto largo tiempo atrás y muchas plumas han trabajado de consuno para crear las deudas activas y pasivas del papado.
Sin embargo, muy lejos de reconocer que a medida que la autoridad temporal se eleva baja la autoridad espiritual, la historia protesta altamente contra esta aserción y demuestra hasta la última evidencia que por una ley verdaderamente admirable, Dios ha querido elevar y abatir juntamente al pontífice y al rey, a fin de que los papas pusieran singular atención en conservar la obra de Su sabiduría, y en asegurar por su independencia temporal la independencia de su autoridad espiritual. Al día de hoy, resulta patente que esa destitución temporal no fue sino el prólogo del ocaso del papado como tal.