NUEVE MESES CON LOS ROJOS
Entre los actos inconfesables y hasta dignos de una curiosidad irónica, por su pintoresquismo, figura el de la carnavalada a que se entregaron los milicianos madrileños, tras el saqueo de las viviendas ajenas. Sin embargo, hubo caldos y esencias que ellos no han sabido apreciar, y que habrían permanecido ignorados sin su brutal intervención.
Ana María de Foronda, en el fondo de su espíritu en paz, suavemente adormecido por el cotidianismo, sirva de ejemplo amable e interesante; guardaba ella un tesoro de sentimientos que la acreditan de mujer heroica y de artista singular. Preciso fue que la revolución sacudiese su conciencia para que su calidad y su aroma se revelasen al mundo. ¿Escritora, literata, Ana María de Foronda? Alma y pluma muy aptas en verdad para la creación artística, y una ocasión nada envidiable, aunque suprema, para que pluma y alma tengan por fuerza que emplearse. El secreto no es otro: tener algo que decir. Y lo que dijo, tuvo valor ayer, lo tiene hoy, y lo tendrá mañana.