VIDA DEL GLORIOSO DOCTOR DE LA IGLESIA, SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO
Por las venas de San Alfonso corría sangre española. El R. P. Víctor Loyódice, maestro incomparable, tan conocido en España por haber introducido en ella la Congregación del Santísimo Redentor y por las muchas misiones que en estos reinos predicó, dio a la estampa la vida de San Alfonso más cabal y perfecta que en castellano tenemos.
Conviene recordar aquí con qué refinada malicia y pública desvergüenza se han levantado los periódicos ateos y socialistas, masónicos, judíos y protestantes para mancillar la inmaculada doctrina de San Alfonso María. Hasta desde las tribunas de los Parlamentos se ha denunciado la doctrina moral del santo Doctor. Mucho importa, pues, a la causa católica estudiar las doctrinas de una de las principales lumbreras de Iglesia, y conocer la vida de un santo cuya Teología moral debería andar en manos de todos los Sacerdotes, en cuyas obras dogmáticas se hallan refutados casi todos los errores modernos, y en cuyos libros ascéticos aún hoy se apacientan cotidianamente las almas devotas. Es un Santo a quien principia uno por venerar de rodillas, para concluir arrojándose a sus brazos con filial ternura y abandono.